BABOSADAS MIAS Y DEMAS HIERBAS

LA CHACHI, ALOCADA PERIODISTA MUY CHAPINA

24 diciembre 2012

LA NAVIDAD DE LOS PATOJITOS

Foto: Telecinco.es

.
Cuando llega Diciembre, la vida pareciera que echara marcha atrás, para traernos todos esos recuerdos de cuando éramos chiquitos,  o situaciones especiales que se nos quedaron en el corazón. Cosas alegres y otras tristes, que al son de las cancioncitas de la época, nos remontan a tiempos pasados, que a lo mejor quisiéramos revivir.

Recuerdo que de patoja (niña), allá en mi pedacito de tierra, en ciudad de Guatemala, cuando llegaba Diciembre las cosas como que cambiaban de color y hasta de olor.  En el mercado comunal, empezaban a situar las ventecitas de aserrín de colores, muñequitos de barro, collares de manzanillas y bultos de pino, que anunciaban ya la llegada de la Navidad, pero antes de ella, había y hay todavía, toda una antesala de celebraciones.

La cohetería empezaba el 7 de diciembre con la tradicional QUEMA DEL DIABLO,  cuando los patojos (niños) nos encargábamos de recolectar ramas secas y paja, para hacer una fogata a las 6:00 PM, esperando que “el cachudo”, se fuera muy lejos y así, limpiar la ciudad de toda maldad y dar paso a las fiestas decembrinas.  Los chiquitos, a veces ni le atinábamos de qué se trataba la onda esa, pero la diversión de quemar cohetillos y canchinflines, no nos la perdíamos. Un jueguito mero peligroso, pero que nos dejaban jugar…

Al próximo día, nadie se podía perder de la comilona de torrejas, molletes y buñuelos en la fiesta de la INMACULADA CONCEPCIÓN, donde, aunque algo aburridos, le entrábamos a la rezadera para luego degustar de tan anhelados platillos.

Una semana después,  pocos nos escapábamos de la pintarrajeada de cara y de portar orgullosos de un hermoso traje típico, para irnos al santuario a visitar a “la morenita”, el día de la VIRGEN DE GUADALUPE.  A la misma que mi madre, ya estando yo grandota, fue a la Basílica a encomendarme, cuando me quedé solita trabajando en México…Ay tantos recuerdos con mi madrecita, que ya no está conmigo, pero está al lado de la Virgencita en gran platicadera, eso sí.

Sólo unos días después de las fiestas guadalupanas,  empezaban las alegres POSADAS, que al sonido de las caparazones de tortuga, llenaban las ciudades de esperanza, entre candiles de colores. Y como siempre el “patojal” le entrábamos a los exquisitos chuchitos (tamalitos) y al delicioso ponche de frutas chapín, que siempre caía en las casas a donde llegaba la posadita.

A esas alturas del mes, muchos habíamos hecho ya el arbolito de navidad donde podíamos ver una gama de diseños, como chiriviscos plateados, arbolitos formados con gusanos hecho de pino, pinabetes hechizos con ramas y hasta árboles de chiles pimientos, adornados con los acostumbrados brichos y lucecitas. El NACIMIENTO era primordial, con aserrines de colores formando pueblecitos imaginarios, arenita para los caminos y espejitos para simular lagunas.  Y si no había pisto para tanto, pues con tener el pesebre listo era suficiente.

.
Foto: Felix Pacas

LA NAVIDAD venía y la estábamos esperando con gran alegría, ropita para estrenar, con las casas adornadas y olorosas a pino, manzanilla, ponche y hojas de maxán cocidas. Los regalos eran lo de menos, con que hubiera tamales para dar y recibir, era lo mejor para tener una feliz navidad.  Y cuando llegaban las 12:00 y el Niñito Dios ya acostadito en el pesebre, los buenos deseos colmaban la noche más hermosa del año, que entre la cohetería de la media noche la familia, los amigos y los vecinos llenaban las calles abrazándonos como hermanos que crecen juntos.

La algarabía de la Navidad duraba toda una semana, porque los patojos sabíamos que en la víspera del AÑO NUEVO, podíamos volver a vivir la alegría navideña y entonces, sentábamos al Niño Dios y le dábamos las gracias por la vida y por un año más para recibir.

Dirán que hoy la Chachi se puso melancólica, pero quién no lo hace al recordar su tierra, su gente, su niñez, su familia, su papá, su mamá…

Sé que muchas de estas bellas costumbres decembrinas aún se disfrutan en algunos de nuestros países latinoamericanos, unas de ellas tal vez ya ni siquiera se recuerden, pero estén todavía o no, siempre les faltará algo:  Faltaremos nosotros, los niños y niñas de aquel tiempo,  los que nos fuimos de la tierra hermosa que nos vio nacer y crecer…ya no estaremos los patojos dando vueltas a una estrellita y viendo subir al cielo, volcancitos de colores.

Feliz Navidad mi gente linda, que Jesusito sea siempre el motivo de nuestra alegría. 

2 Comments:

At martes, 25 diciembre, 2012, Blogger Unknown said...

Feliz Navidad Chachi, me sacaste las de cocodrilo... que bonito recordar diciembre, pero te dejaste en el tintero todo el mes de diciembre viendo especiales navideños de nuestros programas favoritos.
Un abrazo Chachi linda, que recibas muchas bendiciones del niño Dios.

 
At jueves, 02 enero, 2014, Anonymous Anónimo said...

querida chachi. espero te sientas mejor... que lastima que han desaparecido los fugarones, es una gran tristeza que las costumbres nuevas desvanquen los recuerdos,al leer tus hermosas lineas ,me haces retroceder en el tiempo, te he estado extranando por aca, que te alivies pronto, que esto es el pago al dejar en contra de nuestra voluntad nuestra querida tierra. animo

 

Publicar un comentario

<< Home