EL CODIGO DA VINCI SOLO SIRVE PARA DORMIR LAS NALGAS

Ala gran púchica muchá, a pesar de estar en el mundo de la comunicación, no dejo de maravillarme del poder de la publicidad. Por ejemplo, todo lo que ha surgido de esa famosa novela El Código Da Vinci, que no es más que un culebrón, con recursos literarios requete masticados, que quiso agarrar a Jesucristo de blanco solamente para crear polémica.

Ah claro, que les urgía hacer la lica, para aprovechar el best seller y volverlo además un éxito de taquilla, para todos aquellos que movidos por la curiosidad, fueran a estrellar el hocico con la mentada peliculita, que más que entretenida, me pareció decepcionante.

En varias ocasiones he recalcado que no he leído el libro, porque no me llama la atención y porque soy mera huevis para leer cosas que no me dejan nada. Pero por el hecho de llamarme “periodista”, me fui a ver la lica para después, no hablar babosadas, si me hacen alusión al tema.

Primero, deseo aclarar que a lo más que he llegado como comentarista de cine, es a tener una cápsula radial donde hablaba de historia, estrenos y alguno que otro comentario, pero “no más”, como dicen los ecuatorianos (que aprovecho a saludar por su reciente triunfo ante Polonia, en el Mundial). Pero sin salirme del tema, continúo y hago pública mi quebrada de geta, al ir a perder 2 horas y media de mi valioso tiempo, en ver una trama que no sirve ni para blasfemia.

El 99% de la película se desarrolla en la penumbra (como casi todo lo que se hace ilícitamente). Como soy algo choca, me costó acostumbrarme a ese estilito de “armonía en tinieblas”. Va, pero eso pasa.

Pero son tan brutos, que ni siquiera pudieron aprovechar bien el recurso del tema polémico para mantener el Suspense (¡Eh, ya me eché la de Hitchcok!) y utilizarlo para ir sacando a lo largo de la trama, los dizque descubrimientos sobre el cuadro de la última cena de Da Vinci y el asqueroso invento sobre que el Santo Grial, no era más que el útero de María Magdalena, quien según Brown, fue mujer de Jesús y al morir, la dejó embarazada y su descendencia es lo que el cristianismo ha querido esconder, al igual que el sepulcro de la Magdita.

Meollo que si a mí me cupo en 5 líneas, ellos se lo gastaron en 5 minutos de lica y lo demás es una persecución, un tanto confusa, donde no me quedó bien claro quién era realmente quién, por qué hacía qué y cuál era la relación entre un cardenal y un monje desteñido (ese nombre lo tomé de mi amigo J.C. que bautizó así al personaje), que se martirizaba a sí mismo, luego de darle aguas a la mara.

Total, que quisieron meterle mucha información al guión y al final uno se queda con interrogantes. Cosa que ni Ron Howard, ni el famoso Tom Hanks, van a poder borrar de su haber, por andar de alagartados y querer aprovechar el momento para ganar pisto. Es indiscutible, que por la polémica, el film sea super taquillero, pero ¿y dónde se quedan las buenas producciones?

Bueno, me hace pensar que yo al menos pagué unos cuantos dólares por ver 2 horas y media de basura, pero compadezco a todo aquél que pagó un montón por el libro y se gastó a saber ni cuanto tiempo, para leer puras pajas.

Yo no me creo tan idiota, como para no comprender bien una película, pero quien la haya visto y haya entendido bien lo de los templarios y los otros fulanos, sin haber perdido más que su tiempo en leer la novela, ni se preocupe en tratar de explicármela, porque además, hasta los historiadores mundiales aseguran que tiene muchos errores en fechas y datos.

Al final, vi que toda la gente en el cine, terminó igual o peor que yo, porque salieron en silencio y no se escuchó ningún comentario, pienso que todavía iban bajando libros. Lo único que yo gané fue un tema para escribir este post y que la nalga izquierda se me durmiera por estar aplastada tanto rato y no salirme antes, por esperar que pasara algo realmente emocionante y que valiera la pena.

Así que si no han visto la lica y tienen tiempo para perder e ir a verla, prepárense para un sólo sustito que dan con un accidente que pasa, aburrirse un su rato, echarse una su pesquita y a lo mejor, conseguirse quien cante las mañanitas para que se les despierte el trasero.

Foto: http://es.movies.yahoo.com

DESDE FANTASMAGORICO, HASTA CANDY

Que buena onda es que ya siendo adultos desde hace añitos, algunas veces emprendamos pláticas que se convierten en temas de conversación interminables, sobre cosas tan sencillas como las caricaturas de la niñez y todavía ahora, nos atoremos de la risa. Yo creo que rompimos record de audiencia por estar más tiempo echadotes frente a la pantalla viendo 3 ó 4 canalitos.

Sé que nos hubiera fascinado ser como el Hombre de Hule, de los 4 Fantásticos para no tener que levantarnos, por lo que inventamos miles de formas para subirle volumen a la tele y cambiar de canal con los pies, el palo de la escoba o el trapeador y a otros, hasta se les ocurriría en algún momento, enseñarle al chucho a darle vueltas a la ruedita del cambiador. Porque ¡malaya el control remoto!

Imagínense cómo fuéramos si nos hubiera tocado la era del cable, el satélite con ochorrocientos canales y la pantalla plana. Capaz, que ya ni hubiéramos ido a estudiar. Pero por nada, cambio mi época muchá, porque las caricaturas de ahora casi son sólo matancinga y unos muñecos espantosos.

¡Qué tiempos los nuestros, verdad! Acuérdense que las chucherías eran infaltables. Me encantaba hartarme mangos verdes con pepita, choco bananos, helados de sombrillita, Choco Max, chicles, manías y hasta polvo de Rocket, mientras pensaba que iba a empezar a hacer los deberes cuando se terminara Maguila Gorila, pero después me acordaba que en el canal 5, daban una caricatura bien tuanis, de unos carros que se llamaba Grand Prix. Sólo que allí había que calarse a cada rato, la canción del soldado...(Un soldado es un hijo, un amigo, un hermano...).

Ay, pero hace añales daban las de Batfink (espero que así se escriba), con su chino Kalate que se sacaba todo de la manga; El Hombre Par, Fantasmagórico y una que tardó más, la de Johnny Quest, tanto que cuando me acuerdo de esta caricatura, se me viene a la mente tomar leche caliente de bote, con champurradas, pues a esa hora nos daban refacción en la casa. ¡Ujule, desde eso sí que ha pasado bastante tiempo!

Pero, hasta hace poco, pude encontrar a alguien que se acordara bien del programa de Sheriff Cuatro Plumas, que era con muñequitos al estilo de los Thunderbirds. Yo era muy chiquita cuando daban esa del Sheriff, pero me acuerdo de un indio apache, allá a lo lejos.

Con mi hermano, nos gustaba la cancioncita que hace unos días, un amigo trajo a mi memoria, de “5 gotas de caldo de araña....” que cantaba el científico loco que creó al monstruo Milton , mientras ni entendíamos qué jodidos decía la canción en inglés de Tapón López con su ¡Oh, Oh Oh! en la trilogía de La Gata Loca y Beto el Recluta, que eran en blanco y negro.

¡Púchica hombre cómo nos pueden caber tantas caricaturas en la shola! Dejemos las clásicas que aún se ven como Popeye, que es la caricatura más vieja de la historia de la televisión. Los Picapiedras y Los Supersónicos, que dicho sea de paso los Hannah Barbera, sí que le dieron al blanco con muchos aparatos e inventos que ahora usamos. Tom y Jerry, La Pantera Rosa y Buggs Bunny. Claro y el programa de siempre, El Chavo del 8, que aún pasado el tiempo, sigue siendo tan chistoso, pero cómo sería bueno que hubieran nuevos episodios.

Pero, haber cuántos se acordarán de algunas como la del El Clutch Cargo, que no movía la quijada para hablar. De Las Aventuras de Huckelberry Finn que era una mezcla de humanos con dibujos animados; de Don Quijote y Sancho Panza que daban en el 5; y de programas como Ultra Seven, Ultra Man y Espectro Man, donde salían unos monstruos que se movían de un lado al otro y decían “Uyuyuy”.

Aquellas series de Marco y de Heidy, la verdad me parecían un tanto aburridonas y los dibujitos todos mal hechos, aunque sé que a muchos de mis cuates les gustaban mucho. Pero las cancioncitas me llegaban, como la de “abuelito dime tú, que sonidos son los que oigo yo...”
Porque la que a mí me robó el corazón fue la serie de Candy Candy, con su Anthony y el Terry. Todo un preámbulo a la adolescencia. Me acuerdo que una vez, en el 7, la cortaron empezaron a dar una babosada que se llamaba Odisea Burbujas donde salía un viejo cabeza de mango chupado, que cuando la recuerdo todavía me da cólera . Yo hasta hice una campaña en el colegio para llamar al canal y que no quitaran Candy. Pero me hicieron caso como 3 años después y ya la dieron completa. Aunque yo ya estaba más grande, de todos modos me la disfruté.

Son tantas las caricaturas y los programas de nuestra niñez que pudiéramos llenar un montón de hojas: El inolvidable Intrépido Volador, Los Osos Montañeses, La Tortuga Dartagnan, Lindo Pulgoso, Los Osos Calamitosos, Rocky y sus Amigos, La Pipi y sus trenzas paradas y otro resto más, entre ellos, mis preferidos, Los 3 Chiflados, que hasta la fecha cuando los veo me hacen morirme de risa.

Haber muchá, ¿será que me acordé de todas? De plano que no. Yo sé que ustedes se han de acordar de más y también les encantará comentarlas y armar la casaca, con todas las caricaturas y programas de cuando éramos chiquitos.

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Saludos a mi hermana y a mi hermano, gracias por tantos recuerdos.

Te agradezco Carlitos W. por acordarte de la cancioncita de Milton. Complacido Pirata Cojo.

Imágenes: www.teacuerdas.com

ANÉCDOTAS DE MIS TIAS RISUEÑAS

Yo creo que lo chabacana, me viene de familia, porque si mis tías tuvieran la oportunidad de escribir un blog, como yo, ya le hubieran dando vueltegato al mío, porque se cuentan cada charada, que lo hacen a uno casi morirse de risa.

Mis tías abuelas maternas, eran de occidente y ya pasaron a mejor vida, pero especialmente una de ellas, era peor que yo, de regalada para reírse, la diferencia de que a ella, le daban serios ataques de risa. Pero era re buena onda, cuentan mi mamá y mis tíos que les enseñaba a bailar y hasta a montar bicicleta.

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Dicen que una vez, un vecino de ellas se puso una gran matraca o sea, una borrachera y se hartó tanto guaro y comida que le agarró la revolución estomacal y decidió ir a echar el buitre al inodoro ciego. Estaba don Florindo, que así se llamaba, echando las tripas, cuando se le deslizaron las placas y se le fueron entre el excusado.

Asustado pidió auxilio y allí como pudieron, con una palo y removiendo el contenido del inodoro, lograron sacar las placas, a las cuales don Flory sólo les pegó una lavadita y se las volvió a colocar el muy desaseado. Dicen que a mi tía abuela, fue tan fuerte el ataque de risa que le dio al saber lo de las placas de su vecino, que le dio un fuerte dolor de estómago y tuvo que ir a parar al hospital.

Cuenta también, que algo parecido le pasó a otro amigo de la familia, que por andar también de bolo, se fue en el hoyo del inodoro y como fue de noche, tuvo que esperar que alguien se levantara a susurrar, para gritarle desde abajo que por favor lo sacara. Ese sí que les vio a todos la cara de culiche.

Esta misma tía contaba un tanto avergonzada, que otra su hermana (de plano, también tía mía), tenía una su hija de crianza a la cual la acostumbró a ser sumisa y obediente, así como era antes. Dicen que la pobre Vita, llegó a vieja y no se casaba, como para que tuviera oportunidad, si mi tía la tenía como en el tiempo de los bisabuelos. En las fiestas no la dejaba bailar con los muchachos y cuando alguno de ellos la invitaba mi tía, rapidito se paraba y les decía “Ella no baila...pero yo sí”. Y se iba la viejita a bailar con los patojos, quienes por educación le daban una su vueltecita y la iban a sentar rapidito.

Desde entonces, entre la familia, cuando ofrecen algo que uno también quiere, acostumbramos a decir la frasecita “ella no baila pero yo sí”, en honor a la tía aprovechada y bailadora. Esta mi tia abuela, no se por qué, pero cómo se parecía al Mortus, de la caricatura del moustro Milton.

Otra tía más cercana y a la cual quiero mucho, por ser igual de despistada que yo, también cuenta y le pasan anécdotas chistosas. Entre tantas que se echa, me gusta una donde dice que una vez que se murió alguien de la colonia. Ella, muy afligida llegó a dar el pésame y acercándose a uno de los deudos lo abrazó y por decirle “Cuánto lo siento”, se confundió y le dijo “Cuánto me alegro”. Parece que el deudo ni se dio por enterado, pero mi tía por dentro, ya no aguantaba la risa.

Ella tenía también otros sus vecinos que para un viernes santo, querían quemar cuetes, cuando la procesión del santo entierro pasara frente a su casa, como que se tratara de algo para celebrar.

Por otro lado, las hermanas de mi papá también son buenas para contar anécdotas y como son orientales, tienen una gracia especial. Una de ellas me cuenta que había un patojo de aldea que era medio tontito, que se fue a trabajar de mil usos, a una casa en Jutiapa. La hija de los patrones era una señorita muy bonita, amable y un tanto bromista. Así en son de bromear y en forma agradable, le decía al Nicho, que era tan bueno, que hasta se atrevía a casarse con él.

Dicen que Nicho llegó a contar a la Aldea, que luego de pensarlo mucho, había llegado a una acertada conclusión acerca de su patrona, según él.

Contaba de la siguiente manera: “Fíjense muchá, que por lo que me dice la señorita donde trabajo, yo me puse a pensar y de tanto darle vuelta, me fui a encojoyar a un palo y ya estando allá arriba, pude pensar mejor que cómo iba a ser eso, que una mujer tan bonita y con pisto, se fijara en mí que soy descalcito, shuquito y ni siquiera se ler. Entonces me dí cuenta, que ¡Puta! Esa puta, no es más que puta, la puta”.

!Vaya gran conclusión! Por eso, dice mi tía, que hay que tener cuidado de con quién se bromea. No vaya a ser que lleguen a ponerle a una, oficio y nombre equivocados de puro grolis.

Lástima que yo no tengo la gracia para narrar por escrito, lo que me contaban y me cuentan mis tías, pero quise compartirles algo de lo mucho que se avientan. Ojalá pudieran estar en alguna reunión para oír tantas anécdotas graciosas que se escuchan de boca de mis queridas tías. De las que contaban las abuelitas, pues ya nos encargaremos los vivos de hacérselas llegar.

Tal vez, luego les cuenta las charadas de mis tíos, que también tienen sus historias.

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Foto: www.dibujosparapintar.com

¿DONDE ESTARAN LOS CISNES?

Recuerdo que cuando era chiquita, íbamos de vez en cuando a Los Aposentos. Allí donde había una lagunita donde nadaban un montón de cisnes hermosos.

Todavía me acuerdo de esos patitos tan lindos con sus cuellos largos y su impecable blancura. Eran tan apacibles que lo miraban a uno pasar a su lado y sólo se medio movían. Era un paseo bien bonito y hasta romanticón. Las parejitas andaban en canoas y los patojos se lucían echándose a la remada, aunque al siguiente día del puro dolor, no pudieran levantar ni el pocillo de incaparina.

Pero ya desde hace mucho tiempo, lamentablemente al “Lago de los Cisnes”, solamente le quedó el nombre y una triste foto, pues los bellos plumíferos desaparecieron y la laguna, ahora esta re shuca y hasta hedionda. El lugar ya no es como antes y se mantiene todo lleno de ventas.

Una vez me dediqué a indagar qué pudo haber pasado con los cisnes y lo que me contaron algunos, no sé si me da risa o me da miedo. Es que la mara se echa cada lica, que no encuentra uno si creer o no. Pero mejor les paso el chisme y ustedes juzgarán.

Dicen que hace tiempo, amanecían muertos los pobres patitos porque un fulano degenerado se encargaba de llegar por las noches a pasárselos. Sí, pero no a comérselos, sino a violarlos. Dicen que los animalitos amanecían boquiando y con el ano de fuera de la gran agarrada que les pegaba el mentado maniático.

Al final, parece que la policía (que antes era mas buena que ahora) quiso develar el misterio y una noche lo agarraron “con las manos en la pata o en el pato” y con lo otro más colocado, me imagino. Y se lo llevaron preso. ¿Quién sería? A saber. Pero, debe haber estado bien zafado el asqueroso ese.

Otros, dicen que un alcalde que hubo en Chimaltenango, como que también era zoofílico. Sí, pero este de “filo” de comer y no de “Philo” de amor o atracción sexual. Porque era tanta su hambre que se los filiaba. Dicen que los mandaba a traer y los servía en sus eventos municipales, como chompipe. Hasta en tamales dicen que terminaron los pobres cisnes. Yo diría que a ese habría que hacerle ante juicio, por hartarse a los animales que eran patrimonio nacional.

Por allí también me contaron que otro alcalde, se dedicó a hacer la fichas vendiendo a los cisnes. Así que no sería raro encontrar en una fuente privada o en alguna finca, los preciosos cisnes de Los Aposentos.

Algunos me contaron que lo que realmente pasó fue que la Municipalidad ya no se le dio la gana de hacerse cargo de la crianza y que los dejaron morir de hambre. Y también que la gente les daba de comer chucherías y los patos se indigestaban hasta la muerte.

Rayada la Miss Chimaltenango, a la cual dicen que también se le conoce como “Señorita Lago de los Cisnes”, yo creo que los que no están tan familiarizados con la historia del país, ha de pensar que se trata de alguna bailarina del famoso ballet. Sí pues.

Yo creo que, si continuara preguntando, surgirían mas versiones por muy dechavetadas que pudieran sonar.

Así que, entre las historias del maniático violador de patos y el alcalde hambriento, yo me quedo con la versión del que les sacó raja vendiéndolos y el que los dejó morirse por descuido. ¡Ah, pero qué brutos! Pero la zona de las trabajadoras del sexo sí que no la quitan de la carretera, dando mal aspecto. Bueno, a lo mejor para algunos es a falta de patos ¿no?

Es una lástima, que las paseos bonitos de Guatemala se vayan acabando por la depredación de los mismas descuidadas autoridades, que en lugar de poner más bonitos los pueblos, los dejan llenar de suciedad y abandono.

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Pero creo también, que tiene que ver mucho la falta de cultura en la materia, de la mayoría de los ciudadanos. Porque pienso que a como esta nuestra Guate ahora, por mucha cuidado que tuvieran, la gente ya se los hubiera peinado, tramado y quien quita, que hasta pasado por las armas, a los pobres cisnitos.

¿Ustedes qué opinan?


Foto de cisne: www.damisela.com

Este Post lo hice chiquitio mirá TATO